Yāna es una palabra sánscrita con una gama de significados que incluye sustantivos como 'vehículo', 'viaje' o 'camino', y verbos como 'ir, moverse, montar o marchar'.
En el ámbito del budismo e hinduismo, yana y marga ('camino, senda') expresan la metáfora de la práctica espiritual como un camino o un viaje.
Yāna es el método o práctica para alcanzar la paz y la iluminación.
Qué mejor nombre para describir la práctica de yoga que realizamos en nuestras clases, tanto presenciales como online.
Mi nombre es Vanesa, y yo soy Yāna Yoga.
Soy madrileña aunque desde hace años resido en Galicia. El Yoga siempre me interesó, pero no empecé a practicarlo hasta pasados los 30 años, y desde entonces no he querido parar.
Decidí hacerme instructora y me formé en Yoga Integral. Ahora ofrezco clases en la zona de Arzúa y Ponte Ledesma, y me encuentro con todo tipo de personas, cuerpos, edades y condiciones. Por eso digo que el yoga es para todos, no se trata de posturas bonitas o difíciles, se trata de permanecer, de fortalecerse tanto física como mentalmente, de conectar con nuestro interior y con nuestro cuerpo.
No importa si no tienes 20 años, no eres delgadísima o súper elástica (que si lo eres, pues genial), se trata de mejorar nuestra calidad de vida y nuestro bienestar, y para eso nunca es tarde.